Gracias a la Carta de un Joven Cubano….

Sí, fue gracias a la carta de un joven cubano que me decidí a comenzar este sitio. La idea de hacer algo por los nuestros era algo que siempre había estado en mi mente, pero en realidad nunca me había sido posible. Ahora que dispongo del tiempo y de este medio a mi alcance, qué mejor cosa que dedicarlo a nuestra Patría y a nuestros hermanos. 

Hace poco que un amigo me envió la carta de un joven cubano de 28 años residente en Bulgaria, Iván López Monreal, la que lleva por título «Carta de un joven que se ha ido«, que era su respuesta a otra publicada en un blog de jóvenes comunistas de la Universidad de Matanzas, dirigida a los jóvenes que actualmente están planeando abandonar el país. El autor, el Sr. Rafael Hernández, director de la Revista Temas, mostraba en dicha carta una realidad muy ajena a la que todos hemos dejado atrás,  la cual me resultaba imposible de ignorar. Hablaba de los jóvenes que se iban solo por no tener la voluntad de soportar determinadas carencias, algunos hasta por capricho, pero ignorando por completo los motivos reales que todos conocemos obliga a tantos jóvenes a abandonar el país.

El joven autor se había ido de Cuba a la misma edad que yo y relataba un escenario muy similar al que yo había vivido treinta años atrás. Resultaba imposible no sentirse identificado con él, por lo que decidí escribir yo también expresando por qué me había tenido que ir de Cuba. Escribí tanto que vi ya era demasiado para enviarlo como comentario, además era evidente que iba a caer atrapado en el debate de siempre tratando de convencer a los de la isla de su error y ellos intentando hacer lo mismo conmigo defendiendo lo indefendible. Intercambio de argumentos que no acabaría nunca con la impotencia de no lograr nada concreto. Terminé por decidirme a escribir en un sitio propio tratando de evitar la contienda, y con un enfoque completamente diferente.

Mi hijo también me animó diciéndome que me ayudaría a preparar el sitio pues en estas cosas no tengo experiencia. Él siempre se ha sentido orgulloso de ser cubano, aunque haya nacido en EU, y se alegró de poder contribuir en algo a nuestra causa. Me prometió que también escribiría en el blog, y hasta mi esposa mostró su interés en contribuir con algo en el proyecto.

Momentos difíciles que había enfrentado en mi vida me habían llevado a encontrar en Dios, aún siendo ateo, no el centro alrededor del cual pudiera desarrollarse una creencia, sino algo real que se convirtió en una nueva experiencia de vida. No era algo que pudiera resumirse en decir creo en Dios, no, iba mucho más allá, era sentirlo, descubrir que era como un recurso con el que podía conquistar territorios que de otra forma hubiera resultado imposible.

Quién sabe desde que rincón del mundo estás leyendo estas palabras, hasta tí quiero llegar con este mensaje que a veces te parecerá un tanto surrealista, pero confío que poco a poco se vaya tornando en parte de tu realidad y de seguro que no seré yo el que lo logre. Pienso que de alguna forma tu también ayudes a que este mensaje le llegue a ese hermano que está en la isla sin acceso a este medio, por lo que ya te lo agradezco en su nombre. También agradezco a ese joven de la carta que me haya hecho despertar, dándome la voz de alerta de que ya era tiempo que hiciera mi parte, por eso estoy aquí, y sobre todo confiando que Dios nos ayudará a alcanzar nuestra liberación definitiva.

Por curiosidad busqué en la enciclopedia martiana, a modo de confirmación para el contenido del artículo, para ver qué había escrito nuestro Apóstol algún 19 de enero y en cierta forma animarme en la tarea que recien comenzaba, ignorando que me esperaba una grata sorpresa. Resulta que hoy mismo se están cumpliendo 144 años desde que Martí publicó su primer trabajo, El Diablo Cojuelo, una especie de volante del que salió un solo número. Eso ocurrió el 19 de enero pero de 1869, pocos días antes de cumplir dieciséis años, durante un período de libertad de prensa decretado por el capitán general Domingo Dulce el 9 del mismo mes. Ese período duró treinta y cuatro días, pero ahí estaba ese jovencito listo para aprovechar la oportunidad.

¡Cuánto mérito en ese hijo de nuestra Patria!  Qué poco representa mi intención del presente comparado con tanta virtud de nuestro Apóstol

Quiero terminar con uno de sus pensamientos:

  “Désele la capacidad de amar y ya está un pueblo salvo”

José Martí

Comentarios

  1. Aymee Fuentes Sopeña says

    Que bonito…..me quedo sin palabras……un beso.

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